Abejas ayudan a sanar
La apiterapia trata enfermedades o lesiones con productos de las abejas.Uno de ellos es el veneno. Se aplica en dolores articulares, como artritis o artrosis, problemas de la columna, discopatía, migrañas, alergias, asma, soriasis, tendinitis, entre otras diversas patologías.Una de las principales características del veneno es su propiedad antinflamatoria y analgésica.Se dice que es la más potente que existe en la naturaleza.Además trabaja mucho a nivel cerebral y del sistema nervioso central, como también inmunológico.Para aprovechar los beneficios hay que saber realizar el procedimiento.
Este consiste en colocar el aguijón de la abeja en el lugar afectado. Se usan microdosis y la aplicación no debe durar más de dos segundos, porque si se pasa de ese tiempo el cuerpo reacciona creando inmunoglobulina y bloquea los efectos benéficos del veneno. Durante el procedimiento, que es ambulatorio, se puede aplicar hielo para mitigar el dolor y ardorEs recomendable someterse al menos a unas siete sesiones, una vez por semana, para erradicar el problema. Sin embargo, pasado algún tiempo es necesario que el paciente descanse uno o dos meses, porque el veneno es acumulativo y el organismo necesita eliminar la inmunoglobulina.Si la terapia es efectiva no debiera haber reincidencia y la persona puede estar toda la vida tratándose en forma preventiva.Positiva experienciaAntes de iniciar el tratamiento, sea cual sea la enfermedad o molestia, el paciente se debe someter a un test para saber si es alérgico a las abejas.
Un procedimiento que Emy y Ana hicieron hace ya un par de meses. Ellas no se conocen, sin embargo tienen mucho en común. Ambas, cansadas de largos tratamientos farmacológicos y variados diagnósticos, optaron por probar la apiterapia y les ha dado resultado.Emy Gatica Sepúlveda tenía su rodilla destrozada y tras algunas intervenciones era poco el progreso que veía. Caminaba con fuertes dolores. "En ese tiempo trabajaba como hotelera, pero lo tuve que dejar". Para ella era una tremenda impotencia, pues es una persona muy activa, incluso jugó básquetbol.Relata que la primera vez se puso dos abejas y el efecto le duró poco. Sin embargo, le permitió caminar las cuatro cuadras hasta su casa, lo que antes no podía hacer. "Ahora estoy nuevamente llena de energía", asegura, mientras se para del sillón para mostrar lo bien que se desplaza.Similar es la historia de Ana Tordesilla Matus, quien ya estaba resignada a operarse para solucionar sus dolencias a la columna.Recuerda que hubo varias oportunidades en que no pudo caminar. Sin embargo, nunca quiso usar bastón porque sicológicamente la limitaba más."Fui totalmente incrédula al principio, pero ya a los cuatro meses noté cambios. Es una inyección de energía y ahora ya no siento esas fuertes molestias que tenía antes".Además del alivio a la molestia específica, Emy y Ana reconocen que también han notado un efecto relajante ya que ahora duermen profundo y hasta el otro día de corrido.
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