LA PALMERA
La Palma chilena (Jubaea Chilensis), es la palmera más austral del mundo, siendo una especie endémica de nuestro país que se distribuye en forma natural entre La Serena y Talca, aproximadamente; encontrándose algunos ejemplares hasta la zona de Arauco.
Su lento germinar y su pausado crecimiento, encuentra recompensa en su milenaria longevidad, en su majestuoso tronco, que semeja una gran columna dórica, teniendo como remate superior el estallido de sus hojas, muy verdes, brillantes, agresivas.
Las Palmas por definición no son árboles, sus troncos no son de madera, ellos están compuestos de fibras. Son hierbas gigantescas, un tipo de pasto Gigante, único en el mundo, muy sensible a la depredación y que hay que preservar. Los reductos naturales en los cuales subsiste, no están exentos de problemas de conservación, se ubica en valles y quebradas de la Cordillera de la Costa. Destaca entre ellos, el sector del Parque Nacional la Campana en la V Región; existen otros lugares que también son conocidos, como Cocalán y Viña del Mar Alto. Son de los pocos lugares en que queda la Palma en estado nativo, en su propio hábitat, constituyendo paisajes de bosque puro, mixto o ejemplares aislados, todos de tan impresionante belleza como desconocidos.
El Chileno poco sabe de las Palmas y poco la distingue de otras especies. A la llegada de los Españoles, en el siglo XVI, era llamada por los aborígenes KanKán, estaban ampliamente difundidas en toda la zona central, conformando grandes bosques (decenas de millones entre Coquimbo y Colchagua). Alonso de Ovalle (s. XVII) describía que “El más importante de los frutales nativos son las Palmas, creciendo una al lado de la otra, apreciándose de lejos como almácigos, de tan abundante que son”. Entre Chincolco y Petorca se censaron más de 500.000 (s. XIX). Existen Publicaciones (1899), señalando que se exportaban grandes cantidades de coquitos; Benjamín Vicuña Mackenna (1877), menciona la explotación de más de 1.000 palmas, en lo que es hoy un solo predio de la V Región; para la exportación de miel, en un solo año.
Hasta fines del siglo XVIII, se le planta profusamente en parques urbanos y rurales, también en modestos solares. En los que han sido respetada luce orgullosa y magnífica. Constituye un hito ordenador, solitaria, en grupos, formando avenidas. Trasmite que mucho cientos de años han pasado por sus largas cabelleras. Hoy, pareciera no adaptarse a los usos apresurados del hombre actual, los formadores de parques no han sabido sacar partido de sus condiciones de adaptabilidad, de su tolerancia y rusticidad.
Tal vez el día inaugural no luzca como es capaz de hacerlo, pero que con el tiempo, que ni siquiera es tanto, sin exigir nada; donará al parque ya maduro, un hito, en su lugar señalado, con una vegetal y fascinante escultura.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal